Después de la batalla de Borodino contra los franceses en 1812 donde el ejército ruso sufrió grandes bajas fue tomada la decisión de abandonar Moscú para conservar las fuerzas aun capaces de luchar.
El 14 de Setiembre el ejército ruso atravezó toda Moscú y salió al camino para Riazán. El 14 de Setiembre, el martes, a las dos de la tarde Napoleón llegó a la colina de Reverencia que se situaba a tres kilómetros de Moscú. Aquí Napoleón esperó una mediahora y al ver que desde la ciudad de Moscú no había reacción alguna dio la orden a las tropas francesas con un tiro del cañón de avanzar hacia Moscú. Su ruta hacia el Kremlin de Moscú ahora la puede repetir cada turista.
Al llegar a la torre del Pinar del Kremlin, Napoleón desciendo del caballo miró al muro del Kremlin diciendo con ironía: «Voila defieres murailles!».
Marquis de Caulaincourt que se encontraba al lado de Napoleón escribía así:
«En el Kremlin igual que en la mayoría de las mansiones privadas todo se situaba en sus lugares: hasta el reloj iba como si los dueños estuvieran en casa. La ciudad sin sus habitantes se encontraba sumergida en un silencio amenazador. Durante todo el camino largo que hicimos no encontramos a ningún habitante local. El ejército se acomodaba en las afueras de la ciudad, algunos cuerpos fueron acomodados en los cuarteles. A las tres de la tarde el imperador montó el caballo, dio una vuelta por el Kremlin, visitó la casa de Educación creada para los niños abandonados, los dos puentes principales y regresó al Kremlin donde se acomodó en los aposentos de gala del imperador Alejandro”.
Mientras los franceses entraban en la ciudad en diferentes partes de Moscú empezaban los incendios. Los franceses estaban seguros de que la ciudad de Moscú la queman bajo la orden del conde Rastopchín- el gobernante de Moscú.
El viento fuerte aumentaba el fuego y la noche del martes al miércoles y también el miércoles del 15 de Setiembre Moscú casi entera se encontraba en llamas. El viajero moderno durante su visita a Moscú ya no puede ver los edificios múltiples de Moscú de madera de principios del siglo XVIII.
Este incendio causó una impresión desagradable en Napoleón. Uno de los testigos contó que decía lo siguiente :” Qué vista más terrible! Son ellos mismos! Cuántos palacios! Qué decisión más extraordinaria! Qué gente! Son escitas!”
La mañana del 4 se Setiembre muy temprano Napoleón fue obligado a abandonar el Kremlin y trasladarse al palacio Petróvskiy.
El 18 de octubre para Napoleón se hizo claro que era imposible firmar el pacto de paz con los rusos y abastecer de víveres a los soldados del regimento francés.
Napoleón toma la decisión de abandonar Moscú. A esta decisión le favoreció el cambio brusco del clima con temperaturas muy bajas.
Napoleón dio la orden al mariscal Mortier que fue nombrado por él como gobernante de Moscú que antes de abandonar la ciudad prendieran todas las tiendas de vino, cuarteles y todos los edificios públicos en la ciudad y el Gran Palacio del Kremlin y colocaran el poro debajo de los muros del Kremlin. La explosión del Kremlin debía suceder al salir los últimos soldados franceses de la ciudad.
Este plan horrible de Napoleón no se realizó a causa de la confrontación con los ciudadanos y el asalto de los cosacos rusos.
En el caso contrario en lugar del Kremlin se habrían quedado solo las brasas y ruinas.
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